miércoles, 27 de febrero de 2008

A vuelta con los obispos

Seguimos acercándonos al 9 de marzo. En los últimos días estoy sembrando polémica en cualquier conversación con mi opinión sobre cierto asunto, y puestos a polemizar allá vamos.

Se ha estado criticando desde varios medios y por muchas personas la toma de posición de la conferencia episcopal ante la próxima cita electoral. Vaya por delante que no comparto, en absoluto, nada del razonamiento de los señores obispos; pero el que no comparta el fondo, no quiere decir que critique también las formas.

En un mundo ideal, creo que no debería aprovecharse nadie de una posición de influencia para dar su opinión u orientación sobre el voto. Pero en el mundo en que vivimos todos opinan. Si una plataforma de artistas pide el voto para ZP, si tenemos que asistir a mítines y reivindicaciones durante las galas de los goya, si muchos escritores, periodistas y contertulios dan su opinión, ¿por qué los señores obispos no pueden decir también cual es su postura?

Ya sé que estamos en un estado laico, y puede que lo considere intrascendente debido a que normalmente me parecen opiniones absurdas, y desde mi ateísmo practicante no tienen la más mínima influencia en mí. Pero tampoco tendrán influencia la opinión de los artistas que me gustan, ya que ,si me gustan, es por lo que hacen no por lo que piensan (aunque suelo coincidir con la mayoría).


Otra cosa sería que el Real Madrid o el Pontevedra, C.F. me dijeran lo que tengo que votar, una cosa es la religión, pero el fútbol, eso es sí que es sagrado.

2 comentarios:

un_trasno dijo...

Pues básicamente coincido con las tesis "pipeiras" sobre este tema...no creo que por el hecho de ser obispos no puedan expresar su opinión política,como también pueden hacerlo otros colectivos ( de artistas, de panaderos o de astronautas,lo mismo da)
Después,cada uno tambien es libre de estar de acuerdo con esas opiniones o no estarlo..(a mi personalmente,no me interesa mucho lo que los obispos digan o dejen de decir)

akiestoiyo dijo...

"Dad al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios" (Mateo 22,15-21)