Douglas Finnegan nació en un pequeño pueblo de New Hampshire, pero al nacer no lloró. Durante su infancia y adolescencia, fue un chico normal, con una peculiaridad, nunca lloró.
El ya señor Finnegan, un joven apuesto y educado, se casó con la bella Dorothy Berndston. Fueron felices, pero en ningún momento de su matrimonio, ni cuando el pequeño Timmy, su primogénito, murió, el señor Finnegan lloró.
Ya en el lecho de muerte de la señora Finnegan...
NdelA.- no sé como acabar este relato, tengo mil ideas y soy incapaz de escribir ninguna.
viernes, 8 de enero de 2010
(microrrelato) Douglas Finnegan
Etiquetas: microrrelato
Y ésto lo ha escrito... O pipeiro
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1 comentario:
Ya en el lecho de muerte de la señora Finnegan, alguien le comunicó el triplete del Barça. El señor Finnegan, merengue de toda la vida, no pudo soportar más y echó el moco durante horas.
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