Apenas quedaban un par de personas para mi turno. La espera se empezaba a hacer tediosa y fue ahí, al mirar a la otra cola, cuando nuestras miradas se cruzaron por primera vez . Ella apartó la vista de manera apresurada, pero no pudo ocultar el esbozo de una sonrisa en su cara. Era morena, más bien bajita y desprendía un compendio de sensualidad y dulzura que mi torpeza con el lenguaje me impediría describir aunque le dedicara una novela entera. La segunda vez que nos miramos, ella aguantó mi mirada, seria, muy seria. Se humedeció los labios y empezó a respirar por la boca (está nerviosa, pensé yo). Y fue en ese momento en el que abandonó su puesto en la cola se acercó a mi, y con una voz suave y delicada dijo: "perdona mi atrevimiento, pero es que soy muy impulsiva. No podía dejar de mirarte desde allí enfrente. Tienes un trozo de comida o algo colgando de la barba y me está dando mucho asco..."
Basado en hechos reales.
Pontevedra, 30-12-08
Calle Gutiérrez Mellado. Céntrica sucursal bancaria.
martes, 30 de diciembre de 2008
Ilusión
Y ésto lo ha escrito... O pipeiro
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7 comentarios:
Una grosera! eso es lo que era! podía hablarte sobre tu pedazo de empanadilla (ahora que ya sabemos que era eso) y ahorrarse lo del 'asco', no?
pero que rica estaba... (la empanadilla)
despues de este incidente creo que no voy a poder volver a comer empanadillas jajajaja
jsjajajajaaja pues yo seguire tomandolas porque me encantan jajajajaajjajaja
A mí, no sé por qué, pero me da que era un trocito de cebolla...
É iso unha insinuación? Ceboliña pegada na miña cara (je, je)
Como insinuación no está mal si se le echa imaginación, lo malo es que la tía decía que la cebolla en cuestión le daba asco... y eso no me gusta nada... je, je...
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